Debajo de la lluvia
peinan a una niña
debajo de la lluvia
con un carozo de pez
nacarado y finito
el pelo mojado de lluvia
peinan a una niña
sin pausa y con ritmo
de un llanto andalúz.
La peinan las señoras
que antes y hace mucho
eran como ella niñas
de cutis dorado y pelo florido
que se mojaba joven
debajo de las noches
y la lluvia azul.
Es miécoles siempre y llueve
cuando sientan a la niña
alrededor de la luna
de la niebla espesa
para peinarla y plantarle
en los oídos secretos:
cosas sobre los pobres , la muerte y Jesús.
Le dice su madre que duerma
cuando la llama,
que vuelva otra vez a enredarse
en los sueños y las sábanas
porque no hay lluvia, ni señoras
ni esqueletos de pescado
en su habitación pintada
de celeste blanco y amarillo tul.
Pero ella tiene el pelo
tan lleno de ideas, tan terso
en su almohada,
que siente lástima un poco
por su mamita vieja, ya, pobre
tan ciega que intenta
no ver lo que pasa,
y vuelve al pasillo, después de arroparla,
sola y despeinada
a perderse en la luz.