Disparen sobre los sombreros. Disparen, no dejen pensar. Ni se les ocurra. No hay tiempo para bufandas, ni pulóveres. Se viene el invierno entero, encima. El invierno no respeta los trajes espaciales, la dignidad de los cerdos y sus gripes arcaicas. No, no, el invierno no respeta los pañuelos ni las patillas. Disparen, maten a todos, que se viene el invierno encima de nuestra impermeabilidad. Ay, el frío, el calor, esas cosas de las que hablamos con liviandad. ¡Cómo nos pueden!
Hay que disparar con lo que se tenga a mano. Ya sea una pistola de luces, un dentífrico, un hermano. Lo que sea. Tirémoselo a otros. Los otros son un obstáculo, una pesadilla repetida. Como el invierno. ¡Ay, pero cómo nos pueden!